Realidad y ficción, siempre cogidas de la mano
Siempre me ha parecido fascinante la relación entre ficción y realidad, sobre todo la conexión brutal y casi fusión de lo que teóricamente son dos mundos apartados. Es díficil distinguir si son las películas o los libros extraídos de mentes creativas e inquietas las que modifican nuestros hábitos o si, en cambio, los sucesos más inverosímiles -pero reales al fin y al cabo- se reflejan algo adornados en el celuloide. Quizás simplemente todo este interconectado y como decía sabiamente Einstein, si lo puedes imaginar lo puedes lograr.
Se cuenta que para el famoso Ipad, Apple se inspiró en 2001: Odisea en el espacio o que Martin Cooper, el inventor de teléfono móvil tuvo como referente el intercomunicador del capitán Kirk, de la serie Star Trek, para su diseño. Por muchos es sabido que multitud de adelantos tecnológicos se prueban antes en films de relumbrón, por aquello de ver como responde la gente, o simplemente para marcarse la vacilada padre. Muestra de ello son los prototipos automóviles, véase Ironman, o siendo más específicos el famoso ordenador con el que Tom Cruise manejaba hologramas a su antojo en Minority report.
Sin duda la interacción entre ficción y realidad, y más en temática de diseño y gadgets, es cada vez más visible, así que ya sabéis cuando vayáis al cine a ver una película fantástica fijaros en lo que utilizan los protagonistas, porque muy probablemente lo tendréis en vuestras manos en menos de lo que creéis.